lunes, marzo 30, 2009

LOS VIEJOS ROCKEROS

Ten a Itaca siempre en el corazón.
No fuerces la travesía, es preferible que dure muchos años y, si es posible, que cuando llegues a la isla tengas bien claro lo que significan las "itacas".
Esa será una magnífica señal.
Gracias, Lluis.

.

domingo, marzo 29, 2009

TAXI

Mi gato es un privilegiado. Vive mejor que el 80 por ciento de la Humanidad.
Yo también soy un tremendo privilegiado.
No tengo coche. Me quedan 15 años para librarme de una hipoteca que no me va a servir de nada cuando esté muerto. (Y pago mis impuestos, como diría el honrado ciudadano americano de la última película que todos hemos visto).
El mundo sigue girando.
Y la gente se come los mocos, en el mejor de los casos.
Después de tomarme la quinta copa, cojo un taxi para dirigirme a mis reales aposentos en esta buhardilla de Chinatown, donde vivo sin apuros, pese al desorden y la apatía que se observan por todas partes.
La conversación, durante el trayecto, gira en torno a la crisis que estamos padeciendo.
Yo le digo al taxista que el tema es complicado, que ojalá vaya remitiendo esta escasez, pero que la cosa no apunta buenas maneras.
Él se queja de lo que todos nos quejamos pero, a medida que avanza el diálogo, se va mostrando muy humano.
Le comento la desolación de los desheredados de determinados países, donde vivir es una aventura cotidiana que roza la muerte a cada paso.
Hablamos de la terrible situación que les espera a los parados, a los emigrantes, a la gente más vulnerable…
Y, aún así, nos parece que nada es comparable con la papeleta que tienen las personas del llamado Tercer Mundo.
- Yo pienso en ellos cada día, y se me abren las carnes (dice este hombre sencillo, pero solidario, si es que eso significa algo, y yo creo que sí).
La noche es una pobre bestia oscura. Y sus moradores, testigos pasivos de la desolación o la borrachera. Pero hoy, el simple hecho de charlar con alguien preocupado por la suerte de los exiguos moradores del planeta, me ha provocado un sentimiento de esperanza.
Poco se puede hacer con las ayudas de las ONGs. En realidad, solo un cambio profundo de la mentalidad sería provechoso para intentar cambiar los aspectos dramáticos de la economía y la vida en la Tierra.
Y, sin embargo, me voy a la cama un poco más aliviado.
La gente seguirá muriendo en las antípodas.
Pero este taxista me ha recordado que siempre puede verse un destello de luz. Hasta en una ciudad fría y descorazonada como la nuestra.

...

lunes, marzo 16, 2009

POCA LUNA Y MUCHA NIEVE

Este aspecto presentaba la zona del circo de Gredos el sábado pasado.
Acudimos a Navalosa, en casa del amigo Lobo, a celebrar una noche de Luna y nieve por partes iguales.
O, al menos, esa es la teoría.
La verdad es que no teníamos muchas fuerzas para aguardar la salida de nuestro querido satélite y nos conformamos con ver un amasijo de constelaciones rutilantes que emergían con fuerza del negro espacio, ver el montaje que Pico está preparando sobre nuestra aventura nepalí, e irnos a la camita, para poder "mediomadrugar" un poquito al día siguiente y empaparnos de nieve lechosa en torno a una laguna invisible.
Fue un día fructífero y soleado, como apreciar podréis en las fotos que de nuestros Flíkeres correspondientes iremos colgando.
En suma, nos faltó una picture con astro reflejado en el suelo blanco, pero ya nos vamos acostumbrando a estos avatares lógicos en el ordenado kaos de nuestro deambular por la canija Historia del monosapiens.
El que se conforma con las pequeñas cosas que la vida le ofrece, si no es sabio, al menos lo merece.
Je, je, je...
.

lunes, marzo 02, 2009

LA CONSECUCIÓN DE UN SUEÑO

Aunque no me encuentro muy animado para escribir en el blog, hoy he acabado de leer una novela que, hace unos meses, me regaló nuestro amigo Lobo, y quiero hablaros de ella.

Se trata de “El sueño de Homero”, de Fernando Barbero, alguien a quien la mayoría de vosotros conocéis en persona.

Debo decir que me ha gustado bastante. Y no solo porque esté impecablemente escrita, sino por las cosas tan humanas que cuenta.

Uno de los principales varemos para establecer si me gusta o no un libro es el “enganche” que produce en mí como lector. Si a eso le añadimos un buen número de pasajes en los que me hace vibrar, ya sea por su carga sentimental, humorística, o de afinidad con mis propias vivencias, el resultado es inmejorable.

Pues bien, eso es lo que he sentido con la aventura de este jubilado, de nombre mítico, que se enfrenta con un desafío para nosotros bien conocido, como es el de hacer cumbre en una alta montaña.

La narración está llena de referencias y experiencias que – estoy seguro – os harán devorar la novela.

No acabo de entender cómo el buen Fernando saca tiempo para hacer tantas cosas. Debe ser un afán de vivir que envidio plenamente.

Este vallecano-alcalaíno-alcarreño ha dado con el misterio que tanto me ha preocupado durante todo mi maldito deambular por este planeta: hacer que los días tengan unas cuantas horas extras que los demás, por falta de sabiduría existencial, no podemos disfrutar.

Pero, al menos, he disfrutado de lo lindo con su libro. Y por eso os aconsejo su lectura encarecidamente.


El sueño de Homero


...