
Y qué razón que tiene este jodío del Pico de Oro, que se me pasan los días en un sinvivir tras otro. ¡Con lo que yo he sido! (Y quién me reconocería ahora?).
La fiesta de la Hermandad Carabanchelera se acerca peligrosamente. Parece ser que, esta vez, con la gente apropiada. Gracias al buen hacer de Fuentes Menor.
Siendo así, iremos, claro.
Falta determinar el día, pero creo que estaremos todos los que somos.
Y, al albur del calor del amor en este bar particular, que es tuyo y es mío, voy a proponer un juego simple, pero efectivo, como los que patrocina mi amigo Fuentes Mayor.
Ya habéis podido comprobar que he metido una foto de mi extravagante y feliz niñez en el populoso barrio de Vallecas. Con guitarra y todo.
Pues bien, ahora quiero que seáis vosotros quienes coloquéis, en el Fliker de los güevos, una foto similar, pero de vosotros mismos.
Así que ya estáis rebuscando, escaneando y haciendo lo que fuera menester. También valen fotos de grupo, ficticias, etc., siempre y cuando den una noción de lo que era la vida de los niños en este país, al principio de los años sesenta.
Admitid el reto, que nos vamos a reir.
Y recordad que muy pronto nos veremos y entonaremos deliciosas melodías retrospectivas (¡Joder, cómo me ha quedado esta última frase!... pero tengo que dejar de beber… lo juro… lo prometo… lo dudo…)
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