LA VACA DE OSBORNE

Ante todo, queremos desear una pronta y total recuperación a la Señora Lobo y a Potro Sin Nombre.
Y, dicho esto, debo contaros que un servidor está derrengado por la salida a las altiplanicies de Navafría.
El día fue estupendo, lo pasamos muy bien, eso es rigurosamente cierto. Pero como resultado de la caminata, en estos momentos me estoy perdiendo la pole de la Noche en Blanco, acontecimiento curioso donde los haiga.
Me duelen los pies, las rodillas, la jingle incluso… siempre he dicho que esto de subir a las montañas no puede traer nada bueno…
Pero como debemos prepararnos para abordar los alrededores de la cumbre de las cumbres, parece que necesitamos este entrenamiento para no anquilosarnos.
Debo contar también que el reportaje fotográfico ha sido birrioso, con lo cual no parece que corra peligro, de momento, el prestigio de Robert Capa II.
La primera afoto es de Lechuza y en ella podemos ver a la famosa Vaca de Osborne, vivita y coleando.
La de abajo retrata a un extraño visitante que tuvimos justo al lado del Pico Negro. Y el muy socarrón se permitió el lujo de decirnos que acabaríamos por tener todos el mismo aspecto que él, si es que persistíamos en visitar con tanta frecuencia los parajes serranos.
¡Cría cuervos…! ¡Y pensar que le ofrecimos nuestro moyati y nuestro jamón!
Pero de desagradecidos está el mundo lleno.
Por cierto, el reportaje fotográfico se amplía en Flikr.
Vale.