lunes, abril 20, 2009

EL LOBO IBÉRICO ataca de nuevo



Como estoy en mi derecho de dedicar los post al asunto que me dé la gana, vuelvo a la carga con el Lobo Ibérico y, quien no esté de acuerdo, se las tendrá que ver con Félix Rodríguez de la Fuente. Que yo paso de dar explicaciones.

El tío Bruce ya ha aparecido en nuestro blog en alguna otra ocasión, pero repetir es de sabios (y si no, que se lo digan a los comedores compulsivos de “Pipas Arias”).

Aquí nos habla del Río de la Vida, o eso me parece a mí, que desconozco el inglés, pero tengo mucha intuición.

“Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar”, decía Jorge Manrique, ese gran arquitecto canario, y tenía más razón que un santo.

¡Benditas Islas Afortunadas! (como el tabaco).

¿Se acuerdan ustedes de los sudores que me costó subir al Teide?

Pues eso no es nada comparado con lo que sudan las chicas para parir, o los obreros para ganarse la posesión de un adosado en Griñón.

Y me parece que me estoy desviando del tema original, pero sepan que soy un hombre de recursos (humanos) y en cualquier momento puedo retomar el hilo de esta entrada y dirigirme al hermano Lobo con una claridad que ya hubiera querido San Francisco de Asís.

Asinque: querido Lobo; queridos Lingres del sur; querida Piel de Toro… esta canción es para vosotros, esperando que la disfrutéis igual que yo.

Cuando los camioneros cogen la guitarra, el planeta comienza a temblar. Y lo digo yo, que pertenezco a una antigua familia de camioneros, si bien es cierto que el Pegaso o el Barreiros nunca llegaron a motivarme hasta el punto de hacerme músico profesional.

¡Hay que joderse, la cantidad de tonterías que puede uno escribir para no llamar la atención…!

miércoles, abril 15, 2009

samarreta

Ma gustao la samarreta.
Con esos vivos colores.
Fa bona pinta... ¿no?
Hasta para una fiesta.
Y es sencilla y discreta...
(a la par que elegante)
...

lunes, abril 13, 2009

Roma città aperta

Como sabéis, he estado en Roma estos días (y juro que no fui allí para ver al Papa).
La ciudad me causó una buena impresión, a pesar de los miles y miles de turistas que avanzábamos imperturbables por sus vías, piazzas y stradas.
Asimismo, nos sorprendieron los terremotos, aunque a 100 km de distancia no sentimos el horrible daño que causaron en L’Aquila. Tan solo unos movimientos en las camas y las paredes, similares a los efectos de la película “El exorcista”.
Me gustaría, no obstante, decir que Italia va bien, pero es harto complicado cuando se encuentra gobernada por un neofascista peligrosamente ridículo. Y no parece que la atomizada izquierda tenga visos de unificarse para arrebatarle el poder que ha logrado con su manipulación trafullera de los medios de masas.
En todo caso, me apetecía dejaros una foto que tomé del Anfiteatro Flavio (también conocido como Coliseo).
Y, para acabar con buen sabor de boca, un fragmento de la película “Roma città aperta” de Roberto Rossellini, quien nos lego algunas de las escenas cinematográficas más impactantes de la postguerra europea.
Aunque debo reconocer que, con Ana Magnani delante de la cámara, rodar debía ser un auténtico lujo… ¿No os parece?


viernes, abril 10, 2009

EL VIENTO EN LOS NARANJOS

voy por tu cuerpo como por el mundo,

tu vientre es una plaza soleada,
tus pechos dos iglesias donde oficia
la sangre sus misterios paralelos,
mis miradas te cubren como yedra,
eres una ciudad que el mar asedia,
una muralla que la luz divide
en dos mitades de color durazno,
un paraje de sal, rocas y pájaros
bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda,
voy por tus ojos como por el agua,
los tigres beben sueño en esos ojos,
el colibrí se quema en esas llamas,
voy por tu frente como por la luna,
como la nube por tu pensamiento,
voy por tu vientre como por tus sueños,

tu falda de maíz ondula y canta,
tu falda de cristal, tu falda de agua,
tus labios, tus cabellos, tus miradas,
toda la noche llueves, todo el día
abres mi pecho con tus dedos de agua,
cierras mis ojos con tu boca de agua,
sobre mis huesos llueves, en mi pecho
hunde raíces de agua un árbol líquido,

voy por tu talle como por un río,
voy por tu cuerpo como por un bosque,
como por un sendero en la montaña
que en un abismo brusco se termina,
voy por tus pensamientos afilados
y a la salida de tu blanca frente
mi sombra despeñada se destroza,
recojo mis fragmentos uno a uno
y prosigo sin cuerpo, busco a tientas...

(Octavio Paz)
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