El Estado de las cosas

O las cosas del Estado.
Cubillo arrastró durante años las lacras que le quedaron después de que el Estado Español atentara en Argel contra su vida, en el año 78 del pasado siglo.
Estados que indultan a ladrones, asesinos, banqueros blanqueadores de dinero procedente del tráfico de drogas...
Les ponen una multa y, si después de pagarla están en apuros, les inyectan dinero del Estado para que su banco siga adelante, para que ellos puedan comprar otro deportivo, o para que no le falte financiación al democrático partido que permite tales desmanes...
Pero no se indulta al ex-yonqui rehabilitado y se le mete 7 años en el talego por llevar una mierda de heroína... ¡Que se joda!
No se revisa la hipoteca del parado, que acaba tirándose por el hueco del ascensor al no poder hacerse cargo de las letras... ¡Que le den por saco!
¿Que esperabas, Antonio, que un disidente independentista y seguramente ateo, como tú, sería tratado con consideración?
Un atentado en un país extranjero. Un acto de terrorismo de Estado que te dejó jodido de por vida.
Así son los Estados.
Pero no es así como nos lo han contado.