Una mañana de domingo en la taberna del Sr Cuadrado. Estábamos preparando un montaje de teatro y degustando aquellos vinos embocados que, casi siempre, acababan por desbocarnos.
El mundo era feliz e indocumentado.
O tal vez, lo éramos nosotros.
.
(La foto pertenece al gran archivo histórico de Juan, que fue quien la tomó)
2 comentarios:
¡Pero que guapo y que insultantemente joven estás!.
Besitos bodegueros.
Esa es la palabra justa: "insultántemente".
¡Hay que joderse!... je, je...
Publicar un comentario